miércoles, 11 de diciembre de 2013

CONTRA LA PROPIEDAD por Martín Caparrós*

Saqueos en Córdoba - 03 de diciembre de 2013
Es una de esas cosas que solo se ven cuando se rompen: la ventana quebrándose, convertida en astillas. El resto del tiempo está ahí, transparente, casi invisible, marcando los espacios: lo que está adentro, lo que queda afuera. El resto del tiempo está -tan presente, tan discreta- y siempre me sorprendió que funcionara: uno de los grandes misterios de las sociedades contemporáneas es que las personas respeten la propiedad ajena. Es difícil: supone que millones y millones vivan mirando lo que querrían tener pero acepten que no van a tenerlo porque hay leyes y policías que lo impiden.

Es cruel -escribí hace un par de años-: les muestran todo el tiempo lo que no pueden, los invitan todo el tiempo a lo que no pueden: vestirse lindo, viajar, cogerse rubios, andar en coche, comer todos los días. Todo está ahí, como al alcance de la mano; que no estiren la mano requiere la eficacia extraordinaria de dos herramientas: el miedo, la ideología. El miedo es obvio: si lo agarrás te agarran y te joden; se llama represión, y es indispensable para que funcione todo el resto.

Más todavía lo es la ideología: consiste en justificar que algunos tienen mucho y otros muy poco a través de discursos –relatos– que van cambiando con los tiempos: que los más claros deben tener y los oscuros no, que los señores sí y los vasallos no, que los españoles sí y los indios no, que un dios les ha dado a unos y quitado a otros; que las mujeres no pueden poseer, que tiene el que trabaja y el que no tiene es porque es vago o tonto; que, en síntesis, quien adquirió como sea tal o cual objeto lo hizo suyo y nadie más puede tenerlo a menos que le dé algo a cambio. La propiedad privada, le decían, cuando se hablaba de esas cosas. Es un milagro –es el gran milagro social de los últimos diez mil años– que tantos millones respeten esa idea, esa ilusión tan laboriosamente sostenida. Pero eso no la hace menos frágil: de vez en cuando se rompen ciertos diques y la ilusión estalla. Entonces, de pronto, parece tan extraña.

A veces, cuando alguien muestra que es posible agarrar lo que está ahí, es como si no hacerlo no tuviera sentido. De pronto todo lo que siempre pareció prohibido parece natural –y el dique de la ideología se agrieta. El dique de la ideología no es gratis para los que lo usan: deben mostrar cierta conducta, cierta coherencia. Para que los poderosos puedan imponer el respeto de la propiedad privada deben respetarla a su vez. Cuando se ve que no la toman muy en serio –que roban los bienes del Estado, por ejemplo–, se les complica un poco. Es la famosa impunidad, que crea escuela.

Si todos estamos convencidos de que los poderosos estiran la mano cada vez que quieren y se llevan lo que les gusta sin que les pase nada; si los poderosos se cagan en las reglas que los hicieron poderosos, que los mantienen poderosos, los demás no encuentran razones para respetar esas reglas –y las rompen en cuanto llega la ocasión. El costo de la famosa corrupción es sobre todo ése y es sobre todo para ellos: invalidar sus propias normas, perder la ventaja que les permite mantener sus ventajas.

El aparato ideológico del capitalismo clásico tenía su astucia: pretendía que la propiedad era el resultado del esfuerzo, del trabajo duro. Ligaba la propiedad a una conducta, una forma de vida. Ahora millones ven que los más ricos son los grandes ladrones o los muy afortunados. Gobernantes, futbolistas, tetonas, cantores de basura, gritones en la tele: si los bienes se consiguen sin mérito, sin mayor esfuerzo, ¿por qué no yo? ¿Qué razón para que no los tenga? Por eso, supongo, tantos piensan que robar es una opción que les compete.

Todos los días, en todos los lugares: robar es poner en acto la crítica más básica, más leve de la idea de propiedad. No estar en contra de la propiedad; estar en contra de que sea para otros. Saquear es un modo de robar que demuestra, además, que sólo la represión –ya no la ideología– mantiene el aparato funcionando. El saqueo es un síntoma fuerte.

Ayer, en Córdoba. Bastó que la policía en huelga se retirara de los lugares que suele frecuentar –y controlar– para que miles de señoras y señores se lanzaran a agarrar todo lo que pudieron: para que el peso de la ideología no valiera un mango. Para que miles demostraran que se cagan en la famosa propiedad privada.

(Discusiones: la vox populi dice que estos saqueos son ilegítimos porque los que saquean no tienen hambre sino que quieren cosas, cosas que incluso venderán. Como si el estado de necesidad extrema sí sirviera para legitimar el quiebre de la propiedad privada. No creo que les convenga establecer ese tipo de excepciones, que postulan que la regla se puede aplicar salvo cuando se aplica demasiado.)

Decir, como dicen los gobiernos, que estos saqueos no son un problema político sino delincuencial es demostrar una vez más su tontería. El problema político que tienen, que tiene todo su sistema, es la caída de la vigencia de su discurso básico: el respeto por la propiedad. Si lo único que hay entre los bienes ajenos y su apropiación son las balas de la policía, están al horno: no hay suficiente policía, no hay balas suficientes. Digo: si no reinventan valores ideológicos para sostener el edificio, se les termina de caer –encima nuestro– más temprano que tarde.
 Es raro vivir en los escombros.

*Publicado originalmente en el Blog "Pamplinas" del diario el país en su edición del día 04 de diciembre de 2013

martes, 10 de diciembre de 2013

Educación en Argentina: LA DÉCADA PERDIDA

por EMILIO CORNAGLIA*
 
La semana pasada se dieron a conocer los resultados de la “prueba PISA” y con ello se reavivó el debate acerca del estado de la Educación en el país. Con estos exámenes se produce un informe comparativo, que analiza el rendimiento de estudiantes de 15 años en ciencias, matemáticas y lecto-comprensión. Es llevado adelante cada tres años por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y actualmente evalúa a 65 países entre los cuales Argentina quedó ubicada en el puesto 59.
 
Lo primero que sale a la luz ante esta situación es la ausencia de debate en torno al sistema educativo. La Nación, las Provincias, los partidos políticos y la sociedad civil rehúyen a la discusión sobre el estado de nuestras escuelas y universidades. Cuando surgen hechos incontrastables, como las tomas de los colegios o incluso la publicación de esta prueba PISA, el debate es pobre y generalmente apunta más a deslegitimar lo expresado por algunas voces que a entrar en el análisis profundo de lo que acontece. Discutimos nuestra Educación con anteojeras puestas.
 
Algunos dirigentes gremiales, como Stella Maldonado de CTERA, fueron más complacientes con el Gobierno que con sus representados, y salieron por la tangente criticando la “prueba PISA”. Los argumentos utilizados son válidos: sabemos que la OCDE coordina políticas económicas y sociales a nivel mundial, y son los países centrales los que “dirigen la batuta”. Sabemos que su interés está puesto en aspectos macroeconómicos, concibiendo a la educación en términos mercantilistas y pensando a los estudiantes como una pieza más de la maquinaria. Pero no podemos esconder bajo la alfombra la profunda crisis del sistema educativo argentino, ni responsabilizar a la OCDE por algo que debemos hacer nosotros.
 
La reacción del Ministro de Educación ante el informe PISA 2013 fue decir que “esperábamos mejores resultados”, luego de haber construído un complejo andamiaje argumental, evadiendo sus responsabilidades como Ministro y derivándolas hacia los docentes, los propios alumnos y sus familias. Nada dice Sileoni acerca de la terrible tasa de abandono y deserción escolar -medida por el propio Gobierno-, que refleja que 7 de cada 10 niños que empiezan la escuela primaria no llegan a finalizar la secundaria. Ni una palabra acerca del olvido en el que tienen a un millón de docentes, que perciben salarios indignos y poca formación. Tampoco menciona la pérdida de calidad y la falta de adaptación de los contenidos pedagógicos a los nuevos tiempos que corren. Sólo se jacta de haber repartido 3.800.000 netbooks y haber duplicado el porcentaje del PBI para Educación.
 
Otras voces, como la de algunos especialistas en materia educativa, hacen un esfuerzo por comprender los resultados de la prueba PISA para encontrar elementos que permitan identificar nuestros problemas y construir mejores soluciones. Desde la Federación Universitaria Argentina venimos alertando insistentemente al Ministerio y sus autoridades sobre la crisis del sistema educativo. Lamentablemente, el autismo y la sordera con que se manejan impiden encarar un diagnóstico conjunto, vedando con ello la posibilidad de forjar compromisos a mediano y largo plazo que permitan salir del laberinto. Seguimos convencidos de que la Educación debe ser un pilar fundamental para la construcción de una Democracia que elimine de una vez y para siempre el flagelo de la pobreza y la marginalidad, que forme en valores a sus ciudadanos, promoviendo su libertad e igualdad. En este fin de año convulsionado, con hechos que ponen de manifiesto una profunda fragmentación social, el Gobierno Nacional sigue cerrando las puertas del Ministerio de Educación, impidiendo a los protagonistas del sistema educativo encontrar la respuesta a un problema que no están dispuestos a ver, pero cuyas consecuencias salen a la luz cada vez con más crudeza.
 
 
*Actual Presidente de la Federación Universitaria Argentina - Miembro de la RED Federal

miércoles, 4 de diciembre de 2013

La policía acuartelada, los cordobeses acorralados

Saqueo durante la huelga de policías de la Provincia de Córdoba ocurrido
en el día de ayer 
Es horrible despertar como nos toco hacerlo hoy a los cordobeses. Córdoba hoy amaneció armada, impotente, resignada, frustrada y saqueada.

No es producto de la casualidad, en el medio del infierno uno intenta revisar el porqué de tan dramática situación y se encuentra con un estado de las cosas complejo.

La policía de Córdoba expresa en alguna medida un reclamo justo en tanto y en cuanto ganan miserias, se ven expuestos a cumplir con actividades extras para vivir, y pasan días enteros sin dormir con el riesgo que eso implica para su seguridad y la de quienes deben proteger.
 
Sin embargo al ciudadano común le surgen sensaciones encontradas, porque todos sabemos que la mayoría de los agentes son gente humilde exponiendo la vida por 2 pesos, pero también sabemos que dentro de esa fuerza y a la sombra de un poder político mentiroso, actúa un poder represivo y corrupto en el que la persecución por portación de cara, los homicidios nunca resueltos, las desapariciones de personas, el narcotráfico y la trata de personas, entre otros males, están a la orden del día.

Hay dos visiones de fuerza policiaca que conviven entonces. Por un lado la del laburante expuesto al escarnio público, la miseria y la falta de dignidad laboral. Por otro la visión de que la policía es mano de obra barata para los negociados y las necesidades represivas del gobierno de turno.

Después de 14 años de De La Sota evidentemente la policía eficiente y bien paga que nos muestran los spot publicitarios son tan impostados como la sonrisa del gobernador.

Es hora de que el gobernador asuma alguna responsabilidad por el acontecer de la seguridad y el funcionamiento de la policía en los últimos años.

Pero también es hora de que el gobierno nacional nos explique porque razón mientras arde una provincia siguen discurseando sobre quien tiene la culpa en lugar de garantizar el bienestar de los ciudadanos de Cba.

Una interna entre facciones de un mismo partido no puede ser superior al bienestar común. Los saqueos de hoy no son distintos a los de otras oportunidades, siempre está la mano negra de la política y siempre arrastran en su oportunismo un estado social calamitoso que a veces se esconde pero que sigue latente.

Ayer y hoy se vio en el medio del caos a humildes y gente de buena situación económica aprovechar el caos y robar a mansalva. Se bajaban de motos indocumentadas y de autos 0 km, todos eran cordobeses, la violencia nos gano la pulseada. Víctimas y victimarios se confundieron.

La política debe acusar recibo, hay mucho por madurar en cuanto a las prioridades frente a estos momentos de tensión, hay mucho que revisar respecto a la sociedad que estamos creando y fomentando, hay mucho para discutir sobre que policía queremos y que policía tenemos.

Es tiempo de solucionar este estado de miedo y para eso necesitamos menos "cordobesismo" publicitario y menos cadena nacional para aplaudidores. Necesitamos decisiones, seriedad, autocritica y responsabilidad. Necesitamos dirigentes no mercaderes del poder.


Marcos Curletto
Mesa Nacional de la RED Federal
Vicepresidente del Comité Nacional de la Juventud Radical

miércoles, 30 de octubre de 2013

#GRACIASALFONSIN

por JUAN CRUZ CÁNDIDO* para Diario Inédito
 


Octubre de 1983 desde el recuerdo embrionario de un joven militante. Los recuerdos se mezclan con las anécdotas escuchadas y con los documentos históricos. De ese cocktail nace este artículo de Juan Cruz Cándido.
 
El 30 de Octubre de 1983 me encontró creciendo en el vientre de mi mamá. Hasta ese día, como dice Miguel Hernández, todo -menos el vientre- era todo confuso, futuro fugaz, pasado, baldío y turbio.

Pero el 30 de Octubre la Argentina fue masivamente a llenar de votos las urnas bien guardadas y Raúl Alfonsín, el candidato del radicalismo, aquel que no iba a poder ganarle al candidato de Perón, triunfó en las urnas y con él, sus ideas de reparación moral, judicial y social luego de una dictadura que mutiló a una generación de argentinos, devastó la estructura económica y cercenó los derechos básicos y cuyos crímenes estaba dispuesto a perdonar el Partido Justicialista que hoy gobierna el país.

Evoco el 83, no desde la añoranza de los mejores tiempos vividos, sino desde la mirada de alguien que nació ya en democracia, que no vivió un sólo minuto de su vida sin libertad, que no sabe lo que es tenerle miedo a las fuerzas del Estado.

También lo evoco desde la mirada de quién valora la piedra fundamental que puso Raúl Alfonsín en la historia de nuestra patria y de Latinoamérica. Estas tierras postergadas de América son hoy espacios para la libertad y la paz, para la confrontación de ideas, el conflicto político y el diálogo, la disputa y la concertación: nada de eso sucedía antes de la llegada al gobierno de Raúl Alfonsín.

Alfonsín presidió un país desgarrado y rodeado de dictadores de toda calaña. Democratizó las instituciones y la sociedad argentina, trabajó por expandir estos valores al resto de la región y, al final de su mandato, casi no quedaban gobiernos de facto en los países vecinos y el pueblo chileno le había dicho basta a Pinochet.

El coraje cívico de Alfonsín, que muchas veces iba por encima de la gran mayoría de la sociedad, hizo de la Argentina un país admirado en el mundo.

Había motivos para que ello ocurriera: se investigaron los crímenes cometidos por fuerzas del Estado y fuerzas paraestatales desde 1973 a 1983, se juzgó y condenó a los culpables en un hecho inédito en la historia de la humanidad, se restauraron los principios de la Reforma Universitaria, se pusieron en marcha planes sociales y educativas que inspiraron a otros países, se impulsó el cooperativismo, se consagraron nuevos derechos como el divorcio y la patria potestad compartida, se terminó la censura, se alcanzó la paz con Chile, se desactivaron las hipótesis de conflicto con Brasil, se puso en marcha lo que hoy es el Mercosur, se desarrolló la producción de energía alcanzado el autoabastecimiento por primera vez.

Y fundamentalmente, los argentinos encontramos en Raúl Alfonsín al último presidente que gobernaba con la fuerza del ejemplo.
Predicaba la democracia, y era apasionado al discutir pero respetuoso del disenso.
Pedía a todos sacrificios, y ejercitaba la austeridad y rechazaba cualquier privilegio.
Convocaba a defender la libertad conquistada, y cada vez que la sombra del autoritarismo amenazaba con hacer fracasar la transición, ponía el cuerpo como superhéroe de película, pero siendo un mortal más, aunque con la convicción de un estadista y la garra de un patriota.

Nos decía que ningún hombre era más importante que las instituciones de la República, y hasta ofreció su cargo para preservar la democracia recuperada.

Pasaron 30 años de aquel 30 de octubre. Todos tenemos una deuda de gratitud con Raúl Alfonsín: hacer realidad aquel compromiso laico de “constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.

Tenemos con qué hacerlo: la democracia que nos legó Raúl Alfonsín.

*Juan Cruz Candido
Presidente Juventud Radical
Provincia de Santa Fe
@CacuUCR


 


miércoles, 16 de octubre de 2013

Frente a la Violencia: Democracia


Frente a la Violencia: Democracia
 
Luego de los hechos de violencia ocurridos en el marco de la campaña electoral con vistas a las próximas elecciones legislativas, los cuales son de público conocimiento, creemos necesario desde la RED Federal expresar algunas consideraciones al respecto.
Uno de las principales características que ha demostrado el kirchnerismo en su construcción política fue sin lugar a dudas la confrontación como forma casi exclusiva de relacionarse con el resto de las organizaciones que componen el arco político de nuestro país, manteniendo diversos grados de agresividad en función de la fortaleza o debilidad coyuntural del gobierno.
Cristina Fernández de Kirchner, Guillermo Moreno, Carlos Kunkel, Andrés Larroque, Mariano Recalde, Juan Cabandié, Miguel Pichetto, Agustín Rossi y tantísimos otros más conforman una lista de dirigentes de primera línea que demuestran fielmente esta forma de hacer política no propia de un sistema republicano.
Hoy, con un kirchnerismo en un mal momento, con evidentes retrocesos tanto electorales como en el campo de la iniciativa política, es notable cómo la violencia se constituye en un eje fundamental de esta campaña. El atentado sufrido por el candidato radical Ángel Rozas, cuyos autores materiales están abiertamente vinculados al gobierno oficialista de Jorge Capitanich, se suman otros algo más confusos pero que de igual manera intentan amedrentar o perjudicar abiertamente a candidatos no oficialistas. El incendio del Comité en Olavarría, el atentado sufrido en la casa del gobernador de Santa Fe Antonio Bonfatti, la violencia ejercida por militantes de la Tupac Amaru en Jujuy, las constantes amenazas sufridas por militantes en la Rioja que trabajan para la propuesta encabezada por nuestro diputado Julio César Martínez, el atentado sufrido por militantes de nuestra Juventud Radical de Paraná con armas de fuego a tan sólo 3 cuadras de la Casa de Gobierno Provincial, exceden ampliamente el folklore propio de las campañas políticas.
Hace poco tiempo, responsabilizábamos al gobierno nacional del clima violento que rodeaba a esta campaña, acusación que hoy ratificamos, recordándole además a los funcionarios de turno que son los encargados de velar por la seguridad y derechos de todos los habitantes de este país.
A 30 años de democracia y orgullosos de que el radicalismo haya significado la salida a la vida y la paz de la mano de Raúl Alfonsín, nos parece importante asumir con mayor fuerza el rol de garantes de un estado republicano y democrático. No hay más lugar en la Argentina que viene para la intolerancia y los aprietes políticos.  
La sociedad empieza a despertar y a demandar opciones políticas creíbles, que pongan a la sociedad, el diálogo y la dignidad de las personas como valor fundamental de sus acciones. En este marco la Unión Cívica Radical está haciendo un enorme esfuerzo a lo largo y ancho del país por estar a la altura de las circunstancias, cuya prueba más fehaciente es el resultado electoral obtenido en las elecciones PASO que demuestran la enorme expectativa que se ha puesto en el frente progresista que encabeza nuestro partido, sobre todo en provincias donde parecía imposible que los oficialismos de turno perdieran electorado frente a las propuestas del radicalismo y sus aliados.
Por último queremos aprovechar la oportunidad para  respaldar fuertemente a quienes desde la RED Federal, y todo el radicalismo en general, estarán disputando cargos electivos en sus respectivas provincias. Sin lugar a dudas ellos asumen en representación nuestra la obligación de renovar al partido y ayudar a que este sea una alternativa de poder progresista, democrática e inclusiva para nuestros conciudadanos.
16 de octubre de 2013
Mesa RED Federal
 
 

 

 

 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

40 años del golpe de estado en Chile: EL REGRESO DE UN ÍCONO


En ocasión de cumplirse el 40 aniversario del derrocamiento del gran presidente chileno Salvador Allende, símbolo de la "vía pacífica al socialismo", compartimos con todos nuestros amigos de la RED federal un breve articulo de Camila Vallejos sobre la vigencia de la figura y el pensamiento del Dr Allende



 
EL REGRESO DE UN ÍCONO por Camila Vallejos*

Hace un tiempo, las fuerzas progresistas chilenas trataban la figura de Salvador Allende como un ícono. Se señalaban sus cualidades personales y humanas, y se elogiaba su actitud heroica durante el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973: ¿acaso no había muerto con el arma en la mano? Pero esa celebración, en general, cumplía la función de callar las ambiciones –y los logros- de su gobierno de la Unidad Popular (UP), una coalición que iba desde los comunistas hasta los socialdemócratas.

Ahora bien, las manifestaciones estudiantiles de 2011 – las más importantes desde el regreso de la democracia en 1990- y el surgimiento de numerosos movimientos sociales (sindicales, ecologistas, etc.) en todo el país sacudieron a la izquierda. Actualizaron la necesidad de transformaciones estructurales profundas y ampliaron el horizonte de lo que se podía exigir. No sólo una educación gratuita y de calidad, sino también los medios para obtenerla: reforma fiscal, renacionalización del cobre y sobre todo el fin del modelo neoliberal inscripto en la constitución de 1980 (aprobada bajo la dictadura mediante el llamado a una Asamblea Constituyente). Una vez más se pudo ver la cara de Allende en las calles. Pero esta vez no se trataba de homenajear a un ícono: los manifestantes afirmaban reconocerse en el proyecto político que él encarnaba y que sigue encarnando.

Allende llegó al Palacio de la Moneda en 1970, después de tres intentos electorales infructuosos. Militante socialista, siempre operó con una amplísima convergencia de fuerzas populares que se oponían a las fuerzas imperialistas y a la oligarquía. En una América Latina desgarrada por las guerrillas, propuso abrir una “vía pacífica” hacia la transformación social, en un momento en que su propio partido, en el congreso de Chillán de 1967, clausuraba la vía institucional y prefería llamar a la lucha armada.

Esta visión distinguió a Allende y le permitió, finalmente, encarar un ambicioso programa político: “Hemos triunfado con la misión de derribar definitivamente la explotación imperialista, terminar con los monopolios, llevar a cabo una reforma agraria profunda y digna de ese nombre, controlar el comercio de exportación e importación y, por último, nacional el crédito. Son pilares que sostendrán el progreso de Chile y crearán el capital social que pueda impulsar nuestro desarrollo”, la noche de su victoria. Los mil días de la UP constituyen, a la vez, un proceso inédito de apertura política y un gran sacrificio para el pueblo chileno. Son mil días durante los cuales los partidos políticos, los sindicatos, los cordones industriales y las juntas de abastecimiento y control de precios (JAP) unieron sus fuerzas para hacer surgir un poder popular en condiciones de responder a los intentos desestabilizadores del capital extranjero y los intereses imperialistas.

La experiencia de la UP no fracasó: fue interrumpida. Y la figura de Allende no es la de un presidente idealista que deja tras de sí un proceso político condenado: Por el contrario, encarna la audacia política: la que afirmó la modernidad de un proyecto revolucionario de transformación de la sociedad, no sólo en Chile, sino en todo el continente. Y así trazó un camino que luego tomó gran parte de América del Sur, aún cuando haya sido un contexto diferente, marcado por fuerzas geopolíticas diferentes. Cada avance de estos gobiernos progresistas los acerca un poco más a Allende.

Pues mencionar el nombre de Salvador Allende no es solamente evocar el pasado. Es pensar el presente y preparar el futuro.




*Camila Vallejos (ex presidente FECH) – "El Regreso de un Ícono" - Le Monde Diplomatique edición cono sur –septiembre de 2013
 

martes, 3 de septiembre de 2013

"La colonización de la subjetividad"

 
El texto que posteamos hoy tiene casi diez años, y sin embargo posee una actualidad por demás asombrosa: habla sobre el poderío de los medios de comunicación sobre las personas, sus mentes y opiniones, su "subjetividad", como las llama el autor, y de cómo magistral y diabólicamente va engañando a sus víctimas haciéndoles creer que lo que absorben como esponjas se convierte, sin proceso mediante, en su propia opinión. Todo un llamado de atención a la necesidad del desarrollo del pensamiento crítico. Algo por lo cual, demás está decir, el kirchnerismo a través de todos estos años no ha demostrado absoluto interés, sobre todo si tenemos en cuenta 6-7-8 o las insultantes explicaciones de la realidad en los entretiempo de Futbol Para Todos, las cuales hoy están en franca decadencia, pero no por ello tienen que dejar de ser objeto de reflexión. 
 
Pero además, este breve texto tiene otra gran cualidad: Feinmann, para describir la operatoria del "Imperio comunicacional", utiliza conceptos de Heidegger, el gran filósofo del S. XX, cuyo gran "error imperdonable" fue haber sido rector de la Universidad de Friburgo durante parte de la década del ´30, en abierto apoyo al régimen nazi.
 
¿Es posible utilizar los conceptos que magistralmente ha desarrollado el autor de "ser y tiempo", para atacar precisamente aquello que él mismo militó parte de su vida? Feinmann lo responde de esta manera:  "los filósofos de la derecha son nuestros, nos pertenecen: debemos utilizar sus ideas, las que nos sirven"
 
Por eso mismo, querido José Pablo, es lo que exactamente algunos jóvenes radicales vamos a hacer con vos mismo a continuación
  

 LA COLONIZACION DE LA SUBJETIVIDAD por José Pablo Feinmann*

 
Será preciso (como "precisión" y como "necesariedad") largar con el ejemplo de los taxistas. Muchos toman taxis en Buenos Aires. Durante algún tiempo creían recibir ahí (como servicio “extra”) cierta información sobre “lo que la gente piensa”. El taxi, caja de resonancias, le daba al taxista la envidiable condición de ser un portador de lo que “se dice”; no “la voz del pueblo”, pero al menos, la voz de todos aquellos argentimedios capaces de pagarse un viaje en taxi. Esto era posible porque el taxista decía lo que hablaba con sus pasajeros. Cierto clima de “opinión general” recibía uno, y a veces lo creía, a veces no. Esto ya no es así. El poder comunicacional colonizó la subjetividad de los taxistas. Ahora, todos, o casi todos, comunican al pasajero “sus” opiniones en lugar de comentarle “lo que se dice”. Esta locuacidad tachera, este embanderamiento casi militante, surgió como una de esas tantas maniobras del Menemismo: se apoderaron de una radio de enorme potencia y (en este mundo comunicacional) lo que importa más es “oír” que “qué oír”.

Así que los taxistas, abrumadoramente, escuchan esa radio que se ha calificado a sí misma con el más alto de los puntajes: diez. El viaje en taxi, por consiguiente, se ha vuelto terriblemente aburrido. Uno sube, dice buenas tardes o buenos días o lo que sea, y el taxista empieza a hablar. No bien dice las dos primeras palabras uno ya sabe todas las otras que va a decir. No es él el que habla, es Radio Diez. El hombre cree que expresa sus ideas pero expresa las ideas de otros. Cree que habla un lenguaje, pero es otro lenguaje (o, digamos, el lenguaje de Otro) el que habla por él. Uno puede tomar esto como un juego y preguntar cosas puntuales, acaso muy precisas. La respuesta será la que uno ya sabe. No habla el taxista, habla el señor Hadad. No habla el señor Hadad, habla el señor Menem. No habla el señor Menem, hablan sus poderosos aliados y financistas. Un triunfo del poder comunicacional. Han logrado que este servidor público se torne más locuaz que nunca y, además, exprese ahora, militantemente, “sus” propias ideas, ya que el triunfo del poder comunicacional ha consistido en hacerle creer que aquello que dice es lo que él dice, que las ideas que expresa son “sus” propias ideas, que su subjetividad le pertenece y hasta se encuentra habitada por convicciones fuertes, las más fuertes que tuvo en su vida.

No habla, es hablado. No tiene subjetividad, se la ha colonizado, se la expropiaron y le pusieron otra que habla por él. Sin embargo, él se cree más libre que nunca y hasta tiene convicciones que le permiten pedir la muerte o la expulsión social de los “indeseables”: piqueteros, delincuentes, inmigrantes latinoamericanos.

No sería grave si esto le pasara sólo a los taxistas. Le pasa a “todo el mundo”. Es el nuevo proyecto de dominación mundial: colonizar las conciencias, someter la subjetividad. Hay quienes permaneces instalados en gravísimos problemas teóricos, que se expresan luego en problemas políticos y organizativos. Hay quienes dicen que a partir de la caída del muro de Berlín se inicia una etapa “post revolucionaria”, también dicen “post marxista”. Grave error. Cierto arcaico “marxismo” no termina de entender eso que dijo Marx de la burguesía: que era una clase revolucionaria. A partir de 1989 lo que se consolida es una “revolución”. Una “revolución capitalista”. Otra más, tan trascendente como la francesa. Es la “revolución comunicacional”. Con ella, el capitalismo enterrará al proletariado (que era, se sabe, el llamado a enterrarla por la dialéctica de la historia) y enterrará, tal vez, al mundo entero. Éste, sin embargo, el viejo tema marxiano del Mago destructor burgués, no es (aquí) el nuestro. Nuestro tema se enuncia así: hubo una revolución, la hizo el capitalismo, se expande por todo el planeta, arrasadoramente, aplana y conquista y manipula y coloniza las subjetividades. Es la revolución comunicacional. Radica en eliminar de la Tierra la capacidad de la negación, de diferenciación. De consolidar el Todo imperial. La globalización del tercer milenio. En encadenar, no ya los cuerpos, sino los sujetos. Sujetar los sujetos. Sus principales armas no son los tanques, ni los misiles, ni los neutrones. Es la Televisión. Es el cine. Es el periodismo. Los magazines. Las radios. Los canales de cable. Y, formidablemente, internet, donde algunos creyeron, ingenuamente o con decidida mala fe, que iba a instalarse la “sociedad transparente” que pregonaba Gianni Váttimo a fines de los ochenta, comienzo de los noventa. Internet es, hoy, el reino de la mercancía basura, de la mercancía idiotizante, de la compra-venta compulsiva y del sexo-mercancía, del sexo pornográfico. Cada vez lo es más (la rapidez de estos tiempos es la característica y, también, la degradación de la temporalidad) y cada vez lo será más obscenamente.

El tema del sometimiento de la subjetividad ha tenido venerables y hondísimos tratamientos en la filosofía. En un mail de Noviembre de 2003, Eduardo Grüner me preguntaba algo cuya respuesta (como yo) él tiene: “¿Qué hacemos con los pensadores de la derecha?”. El más señalado por la pregunta es Heidegger. Muy simple: son nuestros. Heidegger es uno de los más grandes filósofos que han sido y todo lo genial que hayan pensado y nos sirva será nuestro. Como si se tratara de la Tesis XI de Marx. Y pese a lo que haya dicho en Friburgo en 1933 y en 1935. Así, nos volvemos ahora sobre un tema de Ser y Tiempo que (salvando algunas “contextualizaciones” o “usos” que Heidegger y aún los lectores nacionalsocialistas de Ser y Tiempo le hayan dado) dice hoy más de lo que dicen muchos, y sobre todo más de lo que dicen aquellos que se “libran” de Heidegger con la excusa de su nazismo.

El poder del poder comunicacional radica en que todos pensemos “lo mismo”. Lo mismo que el Poder. El Poder impone el “se” (“man” en Heidegger; “on dit” en francés y en Sartre). Caer bajo el poder del “se” es caer “bajo el señorío de los otros” (Ser y tiempo, parágrafo 27). Quien así cae “no es él mismo, lo otros le han arrebatado el ser. El arbitrio de los otros dispone de las cotidianas posibilidades de ser del ‘ser ahí”. (“ser ahí” o “Dasein”, así señala Heidegger al hombre en su primera gran obra.). Este punto es esencial: el Poder, al someter mi subjetividad, elimina mis proyectos, mi futuro más propio, lo que hubiera querido hacer con mi vida. Mis posibilidades – al caer bajo el dominio del “se” - son las del Otro, las del Poder, las que me vienen de afuera.

Ya no soy yo quien decide, soy decidido. Escribe Heidegger: “disfrutamos y Gozamos como se Goza: leemos, vemos y juzgamos de literatura y de arte como se ve y se juzga (...) encontramos ‘sublevante’ lo que se encuentra sublevante”. Y luego: “todo misterio pierde su fuerza”. (no define este concepto la explicitez, la obscenidad del poder comunicacional? Todo es directo, todo es banal, todo es brutal, todo es explícito. El “misterio”, es decir, lo que sugiere, lo que lleva a pensar y a revisar, a ir más allá, lo que “no se ve” de entrada, lo que impone una búsqueda, ha muerto.) Este mundo implica “el aplanamiento” de todas las posibilidades de ser”. Sigue Heidegger: ‘Distanciación’, ‘término medio’, ‘aplanamiento’, constituyen, en cuanto modos de ser del ‘uno’, lo que designamos como ‘la publicidad’. El Poder comunicacional es publicitario, publicita una y otra vez sus mercancías y sus ideas fetiche. Las vuelve seductoras. Nos entretiene. Mata nuestra conciencia entreteniéndonos. Es un enemigo sagaz, brillante. Ahora, el “uno” “puede responder de todo con suma facilidad”. EL Poder da respuestas. Es el taxista por cuya boca habla la radio que escucha todo el maldito día. Ese hombre “puede – como dice Heidegger- responder de todo con suma facilidad”. Lo poderoso del Poder es dar las respuestas. Al hacerlo elimina la posibilidad de las preguntas. Y sobre todo de la pregunta fundamental “¿Es justo que el Poder sea el poder?” ¿Es justa la sociedad del Poder?. Y también “¿que pienso ‘yo’ de todo esto?”. Aquí asomaría ya la rebelión. Sofocar el surgimiento de estos estados de conciencia es la tarea de lo comunicacional en tanto colonización y oscurecimiento.

Heidegger fue uno de los filósofos más críticos del capitalismo. No elaboró (ni se lo propuso) una teoría de la “superación histórica” como lo hizo Marx. Su “compromiso” político, se sabe, fue lamentable. Dramática paradoja la de un anticapitalista... anticomunista. En 1933 identifica al Dasein con el Dasein del “pueblo alemán” y a la libertad, a la palabra auténtica con la voluntad del Führer. ¡Toda Alemania, de la mano de su “maestro”, arrojada a depositar su “ser auténtico” en el ser del Führer”! No pudo existir mayor incitación al “se dice”. “Se dice” y “se debe decir lo que el Führer dice”. No obstante, en 1927, en Ser y tiempo, Heidegger nos legaba herramientas notables sobre las miserias del tecnocapitalismo. El parágrafo 35 se ocupa de las “habladurías”. Y el 36 de la “avidez de novedades”. “Todo” no está ahí, pero hay mucho. “lo que importa es que se hable. El ser dicho, el ‘dicho’, la frase corriente son ahora la garantía de lo real y verdadero del habla y de su comprensión” (parágrafo 35). Atención: se trata de “transmitir y repetir lo que se habla (...) La cosa es así porque así se dice”. Y no sólo están las “habladurías”, también están las “escribidurías”. Se alimentan de los “leído en alguna parte”. El lector medio tiene una comprensión media y la comprensión media no busca la verdad sino que quiere la verdad para todos, “lo que se repite”. La “avidez de novedades” es otra faceta igualmente sometida, igualmente no verdadera, impuesta, exterior. “solo busca lo nuevo para saltar de ello nuevamente a algo nuevo” (parágrafo 36). Esta “avidez” no se detiene en la contemplación , en la serenidad y hasta en el ocio; no se demora nunca, es puro desarraigo, “falta de paradero”. El “tiempo” (como dice Heidegger en Introducción a la metafísica) es ahora solamente rapidez.

Se trata, en suma, de recuperar la subjetividad. De lanzarla hacia otras subjetividades. De conquistar lo intersubjetivo y la potencia constituyente de las conciencias libres. Pero es difícil. La revolución burguesa, la nueva, la más reciente, la de las comunicaciones, coloniza las conciencias, sometiéndolas. Estamos acribillados por imágenes, frases, ideas, polémicas que no son las nuestras. Por un sexismo torpe, mercantilista. Por lo fashion. Por el mundo lejano, ilusorio, inalcanzable de las modelos perfectas, de los desfiles del despilfarro. Por Hollywood y las explosiones y los efectos especiales. Por la propaganda barata. Por esa televisión “abierta” a no sabemos qué, a las truculencias, a los comicastros “verdes”, a las heroínas ordinarias y siliconadas del infinito, sofocante imperio nacional del culo.

Es, así, la hora del pensamiento crítico. Se trata de señalar sencillamente que este mundo es abominable y n0o tiene rescate. Se trata de una lucha civilizadora. De una reconquista de la conciencia del hombre-mujer. De un rescate de lo femenino, mercancía del capitalismo más canalla. Una mujer no es un culo señores. Es infinitamente más que eso. Las modelitos del nuevo milenio, lolitas de tapa, estrellitas que trabajan más los glúteos que la dicción o la expresividad dramática, ofenden a las mujeres, y ofenden a los hombres al suponerlos tan primarios, monos idiotizados apenas capaces de ser atraídos por un traserito de gimnasio y no por las infinitas, complejas, sublimes o melancólicas facetas de ese sexo que no es el nuestro y al que buscamos comprender con pasión, con frecuencia para amarlo, nada menos. “la tarea del filósofo como analista crítico de nuestro mundo es algo cada vez más y más importante (...) Quizás el objetivo más importante del nuestros días es descubrir lo que somos, pero para rechazarlo.” La frase –formidable- es de Michel Focault y ahí donde dice “filósofo” pongamos “hombre de nuestro tiempo”. Y Sartre dijo, célebremente, algo muy parecido: “Uno es lo que hace con lo que hicieron de él”. Bien, no se puede entonces demorar más. Porque lo que todo el tiempo hacen con nosotros es basura. De nosotros depende hacernos otra cosa.


*José Pablo Feinmann – “La historia desbocada II: crónicas de la globalización” – Colección Claves para Todos – Ed. Capital Intelectual – Buenos Aires - 2004
 


martes, 20 de agosto de 2013

DE LA IZQUIERDA POSIBLE A LA DERECHA REAL (nota sobre el kirchnerismo)

Al contrario de lo que proclama, el kirchnerismo se ha convertido en el medio que le permitió a la derecha consolidar logros impensables; eso sí, en nombre del progresismo
 
Por ROBERTO GARGARELLA para La Nación
 
Algunos de los votos recibidos por el oficialismo en estas últimas elecciones se basaron en la idea de que el kirchnerismo representaba la "izquierda posible" en la Argentina. Perplejo ante la falsedad del aserto, quisiera dedicar unas líneas a explorar esa idea, aun a sabiendas de que, para muchas personas, el debate "izquierda-derecha" ya no tiene sentido. Como ése no es mi caso, y como a la vez pienso que la prédica en cuestión (referida al izquierdismo del kirchnerismo) sigue siendo productiva dentro de ciertos círculos, comienzo por definir brevemente lo que entiendo por izquierda y derecha.

Para no complicar demasiado las cosas, voy a considerar que una medida es "de izquierda" cuando contribuye a la democracia económica (aumentar la participación de los obreros en las ganancias de las empresas); cuando sirve a la democracia política (más participación y control del pueblo en los asuntos públicos); o cuando ayuda al fortalecimiento de derechos humanos básicos (terminar con la tortura en las cárceles). Diré entonces que una medida es "de derecha" cuando ella se orienta hacia fines contrarios a los citados (favorece a una minoría económicamente poderosa; ayuda a concentrar el poder político; violenta derechos humanos básicos).

Para dejar en claro desde el inicio mi postura, diré cuál es mi idea principal al respecto: creo que, lejos de ser la izquierda posible -lo máximo de izquierda que nuestra sociedad está preparada para tolerar- el kirchnerismo se ha convertido en la derecha verdadera, la política más de derecha que nuestra sociedad puede soportar, luego de todo lo ocurrido en el país desde mediados de los años 70. Según entiendo, en la actualidad, nuestra sociedad se muestra capaz de aceptar o demandar políticas de avanzada en una diversidad de áreas (desde la política energética hasta la política de medios; desde las políticas de salud reproductiva hasta las de salvaguarda de las poblaciones originarias) que el Gobierno se ocupa de retacear o rechazar en cada caso, aunque lo haga hablando en nombre de los mejores ideales.

Lo que sostengo se apoya en parte en hechos (enseguida enumeraré unos cuantos), y en parte en algunos contrafácticos. Estos últimos sugieren que las medidas "de derecha" que el kirchnerismo logró imponer no hubieran podido ser impuestas o -lo que es más importante- no hubieran podido estabilizarse, con otro gobierno (supuestamente, más de derecha) en el poder. Los contrafácticos son en principio indemostrables, pero el tipo de contrafácticos a los que me refiero también encuentran algunos buenos hechos en los que apoyarse. Todos recordamos, por caso, que el ministro de Economía de la Alianza duró sólo cuatro días más en el poder, luego de anunciar un feroz plan de ajuste en 2001. Sabemos también que al actual jefe de gobierno de la ciudad designó a un espía dentro del aparato de su gobierno, pero que ello le costó inmediatas renuncias y el ser procesado judicialmente. Esto es decir, las experiencias más conservadoras que conocimos en los últimos años no han podido o no pueden asentar sus iniciativas más regresivas. En donde experiencias de gobierno como las citadas fracasan, el kirchnerismo triunfa. Así, el kirchnerismo se ha convertido en el real instrumento de la derecha política, el único actor que es capaz de convertir en realidad las medidas que las demás alternativas, más conservadoras, no se animaban a tomar, o no son capaces, hoy, de consolidar.

Los casos que podría enumerar para ilustrar lo dicho son muy numerosos -de hecho, casi todas las políticas afirmadas por el Gobierno en los últimos años podrían servirnos de ejemplo- por lo cual voy a referirme sólo a algunos pocos casos, especialmente representativos de lo afirmado. En primer lugar, mencionaría que, a la luz de la historia reciente padecida, la posibilidad de dictar una ley antiterrorista aparecía fuera de la agenda de cualquier partido político. El kirchnerismo, sin embargo, aprobó esa ley con lo que le regala a la derecha que lo suceda una herramienta represiva fabulosa, que aquélla no hubiera conseguido aprobar por su propia cuenta.

Después de lo hecho por la dictadura y las leyes creadas por la democracia contra los atropellos de aquélla, difícilmente un gobierno de derecha hubiera osado emplear la estructura del Ministerio de Seguridad para montar una red de espionaje interno, destinada a recabar información sobre los militantes sociales y de izquierda. El Gobierno, en cambio, creó Proyecto X para tales fines, algo que sólo pudo lograr poniendo al frente de esa empresa a cantidad de funcionarios que se jactaban de contar con un historial "garantista".

Considerando los altísimos anticuerpos desarrollados por la sociedad frente a las violaciones de derechos humanos de los años 70, difícilmente un gobierno hubiera insinuado siquiera la posibilidad de nombrar como jefe del Ejército a un militar altamente comprometido en la comisión de actos atroces. El kirchnerismo lo hizo, avalado por las máximas autoridades de su facción en materia de derechos humanos.

A la luz de las muertes habidas, difícilmente alguien se hubiera animado a firmar un pacto con los sectores más duros de Irán, sobre el modo de enjuiciar las supuestas responsabilidades de ese país en la comisión de atentados antisemitas en la Argentina. Un gobierno distinto -aún uno muy de derecha- se hubiera abstenido de llegar tan lejos, por lo cual fue el kirchnerismo el que asumió esa tarea.

Los ejemplos pueden seguir enumerándose sin pausa: sólo un gobierno vestido con ropaje "progresista" podía afrontar la masacre de Once protegiendo a los empresarios responsables de la tragedia y denunciando, en cambio, a los maquinistas y obreros que la sufrieron; llevar adelante su política de medios de la mano de los empresarios Raúl Moneta y José Luis Manzano -las figuras más emblemáticas de la corrupción menemista-; negociar un acuerdo secreto con Chevron, en nombre de la soberanía energética; avanzar en la explotación irracional de recursos naturales incluyendo la utilización del fracking o la extracción de shale gas ; apoyarse en sindicalistas que fueron soplones de la dictadura; transformar a la Argentina en un país de monocultivo sojero; pactar con gobernadores que pasarán a la historia por las vidas que diezmaron en comunidades originarias; impulsar una reforma de la Justicia orientada a socavar las medidas cautelares y a trabar los juicios jubilatorios de los más ancianos; aprobar una reforma duramente antiobrera en las ART; y siguen las firmas.

Para evitar cualquier confusión, hago tres aclaraciones finales. Primero, lo dicho es compatible con reconocer que para ciertos sectores de la derecha nada es suficiente, y el kirchnerismo no es predecible. Segundo, el problema que veo no se encuentra en la izquierda, ni en sus dirigentes, ni en sus programas, ni en aquellos que simpatizan con ella. Mi problema es justamente el opuesto: que se la desprestigie gobernando como lo pide la derecha, pero en nombre de los ideales contrarios.

Finalmente, mi objeto no es la denuncia de la "impostura" kirchnerista, sino el rechazo de su postura: me interesa señalar que el kirchnerismo se ha convertido en el medio que le ha permitido a la derecha consolidar logros impensables, el instrumento que le permitió obtener lo que ella jamás hubiera soñado alcanzar por sus propios medios.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar


miércoles, 7 de agosto de 2013

LA JR DE SALTA DENUNCIA CAMPAÑA SUCIA DEL OFICIALISMO


POSADAS HACE CAMPAÑA CON LOS BIENES DEL ESTADO

 
En Orán, el candidato del Frente Plural organizó un festival infantil con la estructura del Ministerio de Turismo. Además, la Municipalidad norteña patrocinó la actividad de campaña como si fuera institucional, en el marco del ciclo “Agosto Cultural”.
La semana pasada, el precandidato a diputado nacional por el Frente Plural, Federico Posadas, recorrió varias localidades del norte provincial en el marco de su campaña, de cara a las Primarias del próximo domingo.
Para hacer llegar su propuesta electoral, Posadas llevó a su cónyuge, la artista Valentina Moisés, para que anime festivales infantiles presentando su espectáculo “Valentina y los Valientes”. Sin embargo, Posadas montó dichos actos proselitistas utilizando la estructura del Ministerio de Turismo de la Provincia, algo que está terminantemente prohibido.

“Durante el festival de Posadas en Orán se pudo ver vehículos, globos gigantes, y banners del Ministerio de Turismo que antes conducía, y que al parecer sigue controlando a su gusto y antojo para beneficio de su campaña”, denunció Francisco Laiseca, presidente de la Juventud Radical.
"Denunciamos también al titular del Ministerio de Turismo, Mariano Ovejero, por permitir esta situación, y exigimos que expliqué porque se afectaron esos bienes a una actividad proselitista, teniendo en cuenta además que la Ley Electoral prohíbe actos de Gobierno en beneficio de candidatos”, agregaron los jóvenes radicales.
Como si fuera poco hacer uso de la estructura del Ministerio, el acto de campaña de Posadas fue avalado y apoyado institucionalmente por el Municipio de San Ramón de la Nueva Orán, cuyo intendente es Marcelo Lara Gross.
El evento proselitista fue anunciado y difundido en el marco del ciclo “Agosto Cultural Orán” que organiza la intendencia y también fue beneficiado con la estructura del Municipio, que puso a disposición del candidato del Frente Plural el escenario de la Plaza San Martín, .
“La hipocresía del Gobierno y sus candidatos no tiene límites. Hablan de la ética pública, critican al Gobierno anterior, pero siguen usando los bienes de todos los salteños para sus beneficios personales durante la campaña”, sentenció Laiseca y agregó: “en Orán los conflictos se agudizan. La inseguridad, el narcotráfico, el desempleo y la marginalidad están destruyendo el tejido social y nos genera mucha indignación cuando vemos que la estructura del Estado se está usando para promocionar la candidatura de los dirigentes del oficialismo”.
Desde la Juventud Radical además sostuvieron que la irregularidad es irrefutable, ya que el propio Frente Plural difundió los videos donde se puede observar a Federico Posadas y a Valentina Moisés hablando sobre la campaña y mostrando imágenes del acto en el que se utilizó la estructura del Ministerio de Turismo. Incluso, en los videos de la fuerza urtubeycista se puede ver cómo Valentina Moisés hace cantar a los menores que asistieron al festival la canción de campaña de Federico Posadas.

Para ver los videos: http://www.youtube.com/frentepluralsalta


domingo, 4 de agosto de 2013

OLAVARRÍA, NUNCA MÁS


Debido a los hechos ocurridos esta madrugada en la ciudad de Olavarría, donde agentes del odio y la intolerancia incendiaron por completo las instalaciones del comité local juntamente con todo el material de campaña a una semana de las elecciones, la RED Federal, a través de su mesa de conducción nacional, hace expreso su más enérgico repudio a este tipo de prácticas y se solidariza con los correligionarios olavarrienses en estos momentos difíciles.

Pronto es aún para establecer responsabilidades particulares de tan salvaje hecho, pero sin lugar a dudas a quien podemos responsabilizar en primer término es al Gobierno nacional encabezado por Cristina Fernández de Kirchner de, ya desde hace varios años, crear un clima de crispación y  violencia simbólica que promueven actos que paulatinamente van creciendo en la magnitud de su gravedad.  Exigimos a dichas autoridades que de inmediato abandonen  su conducta patoteril y provocadora, propia más de barras y mafiosos antes que de funcionarios públicos y militantes políticos, o de lo contrario seguiremos lamentando hechos cada vez más desgraciados producto de la actitud facciosa y mezquina de quienes en realidad deberían ser  responsables de velar por los derechos que la Constitución nacional nos brinda a todo quienes habitamos el suelo argentino.

La violencia política ha sido  sin lugar a dudas una marca imborrable y dolorosa para todos los argentinos. Y es  por ello es que desde el partido al que pertenecemos, la Unión Cívica Radical, y nuestro espacio, la RED Federal,  militamos cotidianamente para que acontecimientos desgraciados de este tipo que desgastan las reglas del juego democrático  como el ocurrido en Olavarría NUNCA MÁS se repitan.
 
MESA NACIONAL DE LA RED FEDERAL
Juan Cruz CANDIDO (Prov. Santa Fe) - Agustina MALANDRA (Regional UBA) - Marco Julio PURICELLI (Regional Córdoba) - Marcelo SOSA (Prov. Chaco) - Vanina SALAZAR (Regional Mendoza) - Ariel MARTOCCIA (Prov. Catamarca) - Diego Trujillo (Prov. Jujuy) - Adrian BENDICENTE (Regional Rosario) - Pilar FERNANDEZ (Prov. Corrientes) - Constanza PATTEK (Prov. Santa Cruz) - Marcos CURLETTO (Prov. Córdoba) - Marcelo WATRAKIEWICZ (Prov. Buenos Aires) 

miércoles, 24 de julio de 2013

La FUA convoca a un abrazo en el Ministerio para hacer oir su reclamo

Los estudiantes nucleados en la Federación Universitaria Argentina convocaron para el próximo viernes a partir de las 15 horas a un abrazo al Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación de la Nación.
 
Este viernes 26 desde la Federación Universitaria Argentina realizarán un abrazo simbólico al Ministerio de Educación de la Nación, en reclamo de respuestas a los diversos reclamos de la comunidad universitaria de todas las universidades nacionales.
 
También, los estudiantes realizarán una radio abierta, brindarán clases públicas y repartirán volantes para concientizar en torno a las reivindicaciones que llevan adelante.
 
El 29 de Mayo, los estudiantes nucleados en la FUA presentaron un pedido de informes dirigido a las máximas autoridades de la cartera educativa para solicitar "urgentes medidas que reviertan el decaimiento de la excelencia académica y la elevada tasa de deserción y abandono estudiantil" y a la vez, un detallado informe acerca de la política de becas, voluntariado, presupuesto universitario y la Ley de Educación Superior.

"Casi dos meses pasaron y todavía no tuvimos respuestas", señaló Emilio "Búho" Cornaglia, titular de la histórica Federación.
 
"Los millones de pesos destinados a los programas de Becas y Voluntariado, siguen siendo administrados de manera discrecional y arbitraria por dos militantes de La Campora", indicó, en referencia a las funcionarias Laura Alonso y Anabella Lucardi.
 
Cornaglia, joven estudiante próximo a terminar su carrera de abogado en la Universidad Nacional de Córdoba, concluyó indicando que "los cambios en materia educativa no son instantáneos, pero exigimos empezar ahora mismo".-
 

domingo, 21 de julio de 2013

LA DOBLE BRECHA QUE MANTIENE DIVIDIDO AL PAÍS


Por LUIS ALBERTO ROMERO para Escenarios Alternativos*


La Argentina es hoy un país atravesado por dos brechas tan profundas como diferentes. Una es política e ideológica; la otra es social. No coinciden ni se superponen. Cada una, a su modo, representa un problema para quienes se hagan cargo del gobierno en 2015, quizá no el más urgente, pero sí uno de los más importantes.

La brecha político-ideológica no es nueva. Desde principios del siglo XX, con otro país y otra sociedad, se formó un patrón de convivencia política dominado por el faccionalismo y la denegación recíproca de legitimidad. Su origen se halla en la idea de la unidad del pueblo y la nación, amenazados por la conspiración de elementos ajenos, como la antipatria o la oligarquía. Tal idea, asumida sucesivamente por el yrigoyenismo y el peronismo, arraigó en experiencias sociales profundas, propias de una sociedad inmigratoria y con fuerte movilidad, de identidad inestable y conflictiva. Los excluidos generaron sus propios argumentos de recusación y la política se desarrolló hasta 1983 en ese contexto faccioso y conflictivo.

En 1983 pareció que se daba vuelta la página. La civilidad se unió alrededor de los derechos humanos y la democracia. La pluralidad fue valorada, aunque ya una cierta intolerancia se insinuó en el campo de los derechos humanos. Luego, mientras la decepción fue restando a la democracia su capacidad aglutinante, los protagonistas o herederos de los setenta abandonaron el lugar de "víctimas inocentes" y reivindicaron sus antiguas luchas y métodos. Se produjo entonces una asombrosa confluencia entre la reivindicación extrema de los derechos humanos y la de la lucha armada. Un compuesto político-ideológico -cabalmente expresado por Hebe de Bonafini- que, más allá de su íntima contradicción, tuvo enorme potencia para erosionar los valores del pluralismo y restablecer la brecha.

Este motivo ideológico se expandió en los noventa, en un debate fluido y abierto, mezclado con los reclamos por la democracia republicana y social que generó el menemismo. El kirchnerismo integró estos variados elementos -el progresismo, el setentismo y los derechos humanos- dentro de la antigua matriz peronista de la unidad del pueblo y la exclusión. El enemigo, definido de manera genérica, fueron los militares, el campo, Clarín o los jueces, de acuerdo con la coyuntura política y con las diferentes sensibilidades de los seguidores. A diferencia del peronismo original y de los setenta, hubo poca sinceridad y un uso instrumental, casi hipócrita, del discurso. El gobierno machacó empeñosamente y logró reconstruir la brecha política. Muchos se sintieron más cómodos con ella que con el pluralismo de 1983.

Los opositores tuvieron un papel más pasivo: recibieron los cachetazos sin estar convencidos de que debían devolverlos, porque les preocupaba la institucionalidad y porque se enredaron en las meritorias formas externas del discurso oficial. Pero no pudieron evitar el lugar en que los colocó el Gobierno. De ese lado hubo poca argumentación eficaz, y el vacío se llenó con descalificación personal, más bien mezquina. Una buena parte de la gente común contempla hoy, sin entender demasiado, el feroz enfrentamiento de dos grupos más apasionados que razonantes, encastillados en sus argumentos, que no encuentran terreno común para dialogar y que ni siquiera coinciden en los hechos y los datos sobre los que discutir.

La segunda brecha divide en dos a la sociedad: la parte normalizada o establecida y el mundo de la pobreza. Se trata de un fenómeno relativamente nuevo: antes de los años setenta la Argentina tuvo pobres y "villas miseria", pero no un mundo de la pobreza. Éste se formó desde fines de los setenta, por el desempleo -fruto de la apertura económica y las privatizaciones- y por la deserción del Estado. Viene creciendo de manera sostenida, hasta incluir una cuarta parte de la población, o quizás un tercio. Entre diez y doce millones de argentinos están privados de lo que nuestra sociedad y nuestra época han llegado a considerar lo mínimo de una existencia digna.

En estas cuatro décadas, la sociedad argentina se polarizó y se segmentó. A una parte no menor le va muy bien. Otra parte -las "clases medias" y los trabajadores formalizados- logra con dificultad mantener lo que antes se llamaba la "decencia": la vivienda, el trabajo, la confianza en la educación, la expectativa de que los hijos estén mejor. También una cierta confianza en que el mejoramiento individual guarda alguna relación con el interés general. El mundo de la pobreza también tiene solidez e identidad, y una fuerte capacidad para reproducirse. Se ha consolidado un tipo de sociabilidad comunitaria, una forma de entender la vida y un conjunto de valores y expectativas singulares, que ya no dependen de la falta de empleo. Ni el trabajo estable ni la educación ocupan un lugar central, y la ley tiene una significación relativa. Pero, en cambio, son sólidas las jefaturas personales, de referentes o de "porongas".

Son dos partes diferentes, pero con muchas relaciones. Hay nexos positivos, como el Estado, que llega cuando hay que apagar un incendio, o las organizaciones voluntarias, que articulan redes solidarias. Pero los nexos negativos son más fuertes: las organizaciones delictivas, el narcotráfico y hasta la policía, ubicada a ambos lados de la ley. La Salada, importante para la subsistencia de los pobres, constituye en el fondo un formidable mecanismo de explotación. Finalmente la política, enganchada con el poder público, ha montado un sistema para traducir la ayuda estatal en apoyo político y votos.

Los que hablan por los pobres son pocos. Los sindicatos tienen su base en los trabajadores formales. Muchas organizaciones sociales se han integrado a la maquinaria del gobierno, y sus dirigentes medraron. Perdieron fuerza las organizaciones piqueteras más radicales, que en su momento impulsaron su autoorganización. Sólo sigue siendo efectivo el recurso de irrumpir en el mundo de la sociedad establecida para recordar su existencia, con piquetes o con la cotidiana ocupación de las calles. Suficiente para la dádiva, pero insuficiente para generar políticas más consistentes.

La brecha política y la brecha social son intolerables, pero diferentes. La primera envenena la convivencia y obstaculiza la reflexión colectiva. La segunda constituye un problema estatal y sobre todo un desafío ético. Hay pocas relaciones entre ambas. La protesta de los pobres carece de la fibra ideológica y política que movilizaba a villeros y trabajadores en los setenta, y también del sentimiento que en su tiempo suscitaron Perón y Evita. Con los Kirchner hay más cálculo que pasión, y muy poco amor. En cambio, hay pasión entre quienes se alinean ideológicamente con el Gobierno, pero sus ideales no pasan particularmente por los pobres. No se parecen a los jacobinos de la Revolución Francesa, que honraban la igualdad del pueblo, sino a los de Napoleón, que encontraron en el discurso jacobino un instrumento eficaz para el mejoramiento personal.

Son problemas que requieren políticas distintas. En el caso de la brecha ideológica, poco puede hacerse con este gobierno. Cuando cambie, habrá que tener bien presente la nefasta experiencia de 1955 y evitarla. El pluralismo y la convivencia -que parecen cuadrar poco con nuestro ADN cultural- deben volver a ser, como en 1983, un principio básico, y habrá que hacer todo lo necesario para que quienes hoy están en costados distintos de la brecha vuelvan a convivir en armonía. Aunque no sea apasionante, es un objetivo razonable.

Cerrar la brecha social, en cambio, es una tarea de largo plazo, más bien un horizonte, de esos que ayudan a caminar. A las dificultades específicas hay que sumar la previsible resistencia de todos los que se benefician con la pobreza, incluyendo políticos tentados con heredar el sistema. Es una tarea de todos: de los gobiernos, de sus opositores y de la sociedad civil y sus organizaciones. Sobre todo, es la tarea del Estado. Un Estado que hoy está hecho jirones y que, simultáneamente, debemos empezar a recomponer.



*Revista digital mensual dirigida por Jesús Rodríguez www.escenariosalterativos.org

miércoles, 17 de julio de 2013

Oscuro, polémico, frágil (análisis sobre el acuerdo YPF-Chevrón)

 
Por Carlos Pagni para La Nación
 
 
El kirchnerismo está agregando otra página oscura a la historia de sus relaciones con la energía. Ayer, YPF anunció un acuerdo con Chevron cuyos detalles siguen siendo misteriosos. Sólo se sabe que ambas compañías integrarán una sociedad en partes iguales a la que se asignarán 97.607 acres de Vaca Muerta. Chevron aportará 1240 millones de dólares para una explotación inicial de 4942 acres, 740 de los cuales se destinarán a la adquisición de los activos y 240, a compensar a YPF por los trabajos realizados en la zona. De modo que la inversión genuina será de sólo 500 millones de dólares.

La suma de 1500 millones, que se venía adelantando, era engañosa: incluía las inversiones ya realizadas por YPF en esa zona.

El pacto se consolidará dentro de 60 días. Las valiosas áreas con que dotarán a la nueva sociedad, Loma La Lata Norte y Loma Campana, serán rebautizadas. Se llamarán Área Mosconi. Fue una exigencia de Cristina Kirchner, quien quiso conservar siquiera un recuerdo nominal de la vana furia nacionalista con la que hace poco más de un año ingresó en YPF. Tal vez ignore que la creación de esa empresa nacional obedeció a una intempestiva reacción del general Mosconi frente a California Standard Oil, su eterna enemiga. California Standard Oil hoy es Chevron.

El acuerdo tiene varios aspectos controvertidos. En principio, transfiere a Chevron activos de Repsol de los que el Estado se apropió sin poner una moneda. Quiere decir que Galuccio va a cobrar por bienes por los que todavía no pagó. El pragmático Alí Moshiri, responsable de Chevron para América latina, parece no desvelarse demasiado por esa violación al derecho de propiedad. Además, el riesgo de la operación es nulo. Los yacimientos que forman parte de la transacción ya son explotados por YPF. También la selección del socio deja mucho que desear. La performance productiva de Chevron ha sido mucho menos satisfactoria que la de Repsol, lo que es decir bastante. En síntesis: la Presidenta, que expropió YPF para sancionar a la multinacional española, reprivatiza ahora algunos de esos activos a una multinacional norteamericana cuyo compromiso inversor fue más débil que el de empresa castigada.

La fragilidad política y jurídica de esta transferencia explica su hermetismo. Galuccio apenas emitió un comunicado a la Comisión Nacional de Valores. Las razones de esa timidez se esbozaron ayer por la mañana, en una reunión de directorio convocada de urgencia la noche anterior. Los detalles del convenio siguen en la penumbra, pero se sabe que será celebrado bajo jurisdicción estadounidense. Quiere decir que cualquier controversia se discutirá en los tribunales de Nueva York. Una disposición que tal vez se denomine Cláusula Mosconi.

La resistencia de los funcionarios de YPF a divulgar precisiones sobre el pacto fortalece la versión, que sale del seno de la empresa, sobre la existencia de artículos secretos. Estarían destinados a asegurar a Chevron que cualquier resarcimiento que Repsol pueda obtener en la justicia correrá por cuenta de YPF. Es decir, del Estado. Llama la atención también que en el comunicado a la CNV se hable de YPF "y sus subsidiarias" y Chevron "y sus subsidiarias". ¿Cuáles son esas subsidiarias? ¿Se crearán sociedades especiales para operar este convenio? ¿Será para evitar eventuales embargos?

Esas cláusulas fantasma también pondrían a salvo al inversor del cepo cambiario, para que pueda cobrar su renta en dólares. Conquistas de Moshiri, un petrolero nacido en Irán, donde se inventó el ajedrez.

La sobriedad comunicativa de Galuccio es un signo más de las dificultades de este contrato. Dentro del Gobierno, y de la propia YPF, se discute su conveniencia. Para el vicepresidente de la empresa, el inexperto Axel Kicillof, que aconsejó a Cristina Kirchner la estatización, se trata de una grave derrota. En otro caso podría esperarse una renuncia, como la del director Eduardo Basualdo, un académico célebre por su defensa del estatismo. Pero Kicillof seguirá acumulando cargos.

El acuerdo con Chevron daña al gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, del Movimiento Popular Neuquino. En su comunicado a la Bolsa, Galuccio no sólo informa que transferirá recursos de la provincia. También adelanta que el acuerdo incluye la renovación por parte de Neuquén de la concesión a 35 años de las áreas explotadas. Y advierte que es una condición para que el convenio se realice. Promete hacer lo mismo con áreas de Mendoza.

En plena campaña electoral, Sapag debe resistir la crítica de quien fue presidente de la empresa provincial de energía, Rubén Etcheverry, candidato a diputado por Nuevo Compromiso Neuquino y acaso el mayor experto en la formación Vaca Muerta. Etcheverry le viene reprochando a Sapag ser cómplice de los supuestos acuerdos ocultos con Chevron.

El pacto de YPF con Chevron es tan incómodo para el oficialismo que obligó a dictar anteayer el precipitado decreto 929. Esa norma intenta universalizar los beneficios que se conceden a la petrolera norteamericana, para que no se vuelvan tan escandalosos.

El decreto tiene aspectos muy polémicos. Sobresale otra vez el olímpico desdén por las provincias, que son las propietarias de los recursos naturales. Ese carácter se lo otorga la Constitución gracias a un artículo cuya más encendida defensora fue la entonces convencional Cristina Kirchner.

Ahora una comisión de funcionarios de segundo rango, como Kicillof; el secretario de Energía, Daniel Cameron, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, prorrogan concesiones, dividen áreas y fijan nuevas condiciones a los contratos con el solo aval de una adhesión provincial.

Otra rareza del decreto es que otorga ventajas a las empresas que inviertan más de US$ 1000 millones. ¿Por qué no darles esos mismos beneficios a las que desembolsan 999 millones? ¿No producen hidrocarburos, generan trabajo y pagan impuestos y regalías lo mismo que las otras?

El decreto crea una categoría especial de contrato para la explotación de recursos no convencionales, para la que prevé extensiones automáticas de las concesiones. Tal como se redactó el articulado, se podría especular con que funcionarios nacionales podrán otorgar áreas por 70 años.

El problema más serio es que, convertida en un barrilete sin cola, la política energética de la Presidenta no alcanza a dar certeza a los inversores a los que ahora, a las puertas del fracaso, pretende atraer. Cuando se fundó Enarsa, también se establecieron preferencias para los que se asociaran con ella. Hasta se dictó la ley 26.154 para regularlas. Pero nadie se sintió atraído y la ley ni siquiera fue reglamentada.

Por otra parte, las ventajas que les ofrece ahora el Gobierno a las petroleras son una sombra de lo que, al comienzo de este ciclo intervencionista, se les arrebató. El anterior régimen petrolero preveía libre disponibilidad del 70% de las divisas obtenidas y no establecía retenciones. El Gobierno promete ahora flexibilizar un poco el acceso al dólar y moderar las retenciones para dentro de cinco años. Y lo hace a través de la firma de Kicillof, Moreno y Cameron, cuya facilidad para cambiar de opinión está demostrada en la misma promesa.

A pesar de estas debilidades, algunos empresarios proclives al oficialismo celebraron a través de un comunicado el nuevo régimen. A la cabeza de la lista figuró, para que todo quede claro, Chevron. Fue un entusiasmo inducido. Anteayer, el gerente de Relaciones Institucionales de YPF, Gonzalo López Nardone, dirigió un mail a los responsables de asuntos corporativos de casi todas las petroleras del país, en el que decía: "Como ya hemos hecho en otros casos, pero esta vez por una muy buena noticia [el decreto 929], quisiéramos impulsar en el día de hoy un comunicado de toda la industria apoyando esta iniciativa. Es por ello que les adjuntamos una propuesta de texto de comunicado, al cual nos gustaría que vuestras compañías se adhieran [el subrayado y las negritas son del texto original]".

El funcionario remitió el comunicado que después suscribieron las empresas, redactado por el jefe de prensa, Mariano Gibaut. Hay que retroceder mucho en el tiempo para encontrar una declaración oficial con semejante fervor privatista. Por lo visto, el Informe Mosconi de Kicillof no consiguió convencer a todo el mundo en YPF.

La característica principal de este proceso es la ausencia de debate, sin el cual es imposible dotar a la política energética de un mínimo consenso. La Argentina se reencuentra consigo misma. Perón negoció con California Standard Oil-Chevron casi en secreto. Arturo Frondizi emprendió su audaz apertura petrolera en el marco de un conflicto. Menem entregó YPF a Repsol apremiado por urgencias fiscales. Kirchner cedió el 25% de esa empresa a sus amigos Eskenazi entre gallos y medianoche. Y su esposa la estatizó en un operativo comando. Son decisiones con signos conceptuales muy distintos. Pero están emparentadas por un rasgo: todas fueron anuladas..
 

viernes, 28 de junio de 2013

Sólo los pibes radicales... (sobre el Golpe a Illia en el '66)

"Doctor, las Fuerzas Armadas se han hecho cargo del gobierno. Vengo a solicitarle que abandone la Casa de Gobierno" reiteró el general Julio Alsogaray.
 
Arturo Illia redobló su desprecio con el militar con sólo no mirarlo y seguir en la suya.
 
" Usted" le dijo a Alsogaray "no representa a las Fuerzas Armadas, sólo representa a un grupo de insurrectos. Usted además es un usurpador que se vale de la fuerza de los cañones y de los soldados de la Constitución para desatar la fuerza contra la misma Constitución y la Ley. Usted y quienes lo acompañan actúan como salteadores nocturnos que, como bandidos, aparecen de madrugada"
.
Alsogaray y los coroneles que los acompañaban, Prémoli y Perlinger, comenzaron a sentirse incómodos.
 
La tensión, en un despacho presidencial con larga historia de tensiones, trepaba a niveles extremos.
 
" Doctor, con el fin de evitar violencia lo invito a dejar la Casa Rosada" señaló el general.
 
" ¿De qué violencia me habla?" respondió el presidente . "La violencia la acaban de desatar ustedes en la República. Yo he predicado en todo el país la paz entre los argentinos, he asegurado en todo el país la libertad y ustedes no han querido hacerse eco de mi prédica. El país les recriminará siempre esta usurpación y hasta dudo que sus propias conciencias puedan explicar los hechos."
 
La tensión caminaba por las paredes.
 
" ¡Te vamos a matar a vos y a tus hijos, hijo de puta!" cuentan que le gritó con vehemencia a Alsogaray la hija del presidente, Emma.
 
Lejos estaba Emma Illia de saber la suerte que correrían con los años los hijos del general. Uno de ellos, Carlos, sociólogo y miembro de Montoneros, cayó herido en Tucumán en febrero del '76. Los matarifes del general Bussi se encargaron de asesinarlo. El otro, Julio, también peronista, debió exiliarse tras el golpe del '76.
 
Emma Illia trató de acercarse al general. Los coroneles se lo impidieron. Los tres militares se retiraron.
 
Era madrugada.
 
Horas después, cansinamente, el presidente dejaría la Casa Rosada por la entrada de la calle Rivadavia. Rodeado sólo por un puñado de jóvenes radicales que se agrupaban a su alrededor y cantaban la marcha partidaria.
 
Brillaban por sus ausencia Ricardo Balbín y todo el Comité Nacional de la UCR. También los ministros.
 
Sólo los pibes recordaba, sin enojos, Illia,  ya a finales de su vida.
 
Y en la vereda de la Rosada, este hombre alto y muy canoso paró un taxi. Digno, se alejó.
 
Los pibes radicales cruzaron la Plaza de Mayo cantando el himno. Las fotos recuperan sus rostros cargados de emoción.
Amanecía aquel 28 de junio del '66.